sábado, 6 de diciembre de 2008

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Entrevista a Luciano Fernandez


Una breve entrevista al Vicepresidente de la Asamblea de Extremadura: Luciano Fernandez
Con la reporteras Marisol Cardona e Isabel Holguera, y camara Desi Sanchez y Yoli Benitez.
¡Empecemos!:
Reportera: ¿Qué es para tí Extremadura?
Vicepresidente: Bueno, Extremadura es mucho, es el lugar en mi caso, donde he vivido, donde trabajo, donde transcurre mi vida y donde quiero seguir viviendo.
Extremadura es mi tierra, me siento profundamente extremeño y tambien me siento profundamente español.
Extremadura es el lugar en que uno se siente atado y unido.
Reportera: ¿Qué es lo que destacarías de Extremadura?
Vicepresidente: Yo destacaría sobre todo, más que su pasado, más que las cosas hermosas e importantes o de mucho valor, lo que realmente destacaría son las cosas que podemos hacer en el futuro.
Reportera:¿Cómo crees que estará Extremadura en un futuro?
Vicepresidente:Nos apoyaremos en la materia prima que tenemos: que sois vosotros, la gente joven. El futuro de Extremadura es todo lo que vosotros vais a poder hacer y desarrollar en ésta.
Reportera:¿Qué siente usted por Extremadura?
Vicepresidente: Siento que es algo maravilloso , esta tierra me ha hecho muchas cosas buenas en estos años, esta es la tierra que quiere aprender, que todo el mundo pueda desarrollarse, que pueda vivir, me siento orgulloso de pertenecer a esta tierra.

Muchas gracias señor Luciano por habernos prestado estos minutos. Atentamente toda la clase de 4ºD.

Romance Extremeño



La serrana de la Vera

Allá en Garganta la Olla,
siete leguas de Plasencia,
habitaba una serrana
alta, rubia y sandonguera
con vara y media de pecho,
cuarta y media de muñeca,
con una mata de pelo
que a los zancajos la llega.


La serrana cazadora
gasta falda a media pierna,
botín alto y argentino
y en el hombro una ballesta.


Si teniá ganas de agua,
se bajaba a la ribera;
si teniá ganas de hombres,
se subía a las altas peñas.


Pasan unos, pasan dos
y no pasa el que ella espera
y vio venir a un serrano
con una carga de leña.
La ha cogido de la mano,
pa la cueva se le lleva.


No le lleva por caminos
ni tampoco por veredas,
le lleva por entre el monte
por donde nadie les vea.


Al entrar en la cabaña el serrano,
¡qué sorpresa!
Al resplandor de las llamas
vio un montón de calaveras.


—¿De quiénes son estos huesos,
cuyas estas calaveras? —
De los hombres que he matado
pa que no me descubrieran.


—Bebe, bebe, serranillo,
bebe de esta calavera,
que puede ser que algún día
otro de la tuya beba.


Buenas noches, caminante,
buena noche nos espera
de perdices y conejos
y tortolas arrayuelas,
de plan blanco y de buen vino
y de tu cara risueña.


Si buena cama le di,
mi mejor cama le diera.
Entre pieles de venado
mi mantelina tendiera.


La serrana al serranillo
le mandó cerrar la puerta
y el serrano, como astuto,
la dejó un poco entreabierta.


—Serranillo, serranillo,
¿sabes tocar la vihuela?
—Sí señora, sí señora,
y el rabel si usted me diera.


Pensó adormecerle a él,
mas le adormeció él a ella.
Por un cantar que ella canta,
él cantaba una docena.


Cuando la sintió dormida
fue muy despacio a la puerta,
las albarcas en la mano
para que no le sintiera.


Media legua lleva andada
y sin volver la cabeza,
pero cuando la volvió,
como si no la volviera.
Vio venir a la serrana
bramando como una fiera,
saltando de cancho en cancho,
bricando de piedra en piedra.
Una china lleva en la honda
que pesaba arroba y media.
Con el aire de la china,
le ha tirado la montera.


—Vuelve, vuelve, serranillo,
que te quedas tu montera,
que es de paño rico y fino
y no es menester se pierda.


Si es de paño rico y fino,
así se gasta en mi tierra.
Mis padres me compran otra
y si no, me estoy sin ella.

—Por Dios te pido, serrano,

que no descubras mi cueva
—Descubierta no será
y hasta la primera venta.
Cuando a Garganta llegó,
enseguida fue a dar cuenta.
Muy pronto los cuadrilleros
de los pueblos de la Vera
subieron a la montaña
y rodearon la cueva.

La toman declaración

por si ella lo deniega.
Un desengaño amoroso
la hizo perder la cabeza
y marcharse a la montaña
y vivir como una fiera.

En la plaza de Garganta

fue la primera reyerta.
La toman declaración
y la llevan a Plasencia;
por mandato del Supremo,
la cuelgan de una cuerda
y aquí se acaba la historia:
la Serrana de la Vera.






(puede que noteis una serie de cambios en el blog, pero lo estamos haciendo mas extenso para que quede mas detallado, aunque tambien hay que tener en cuenta que tanto texto no interesa, pues a veces es aburrido, sobre todo para los jóvenes, gracias por su espera. Los alumnos de 4ºD)

1 comentarios:

Luis A. Iglesias dijo...

Gran ejemplo de político extremeño que habla mucho y no dice nada y solo come y come...nada más hay que ver la barriga que tiene